“Hubo una vez una mujer con un grano en el cuello, poco a poco la postula comenzó a agrandarse y se volvió más virulenta. La mancha comenzó a tomar el control de las acciones de la joven, su personalidad fue tornándose más y más oscura, finalmente ella dejó de ser ella.
Los cambios psíquicos abrieron paso a los físicos. Anteriormente la podredumbre, que los médicos no lograron identificar ni diagnosticar, únicamente afectaba a la cerviz pero con el paso del tiempo se ensancho, y tomó el volumen aproximado de una pelota de tenis.
Con la extensión del tumor desde la nuca la joven perdió por completo la razón.
Un día desapareció, y las farolas preguntaron, con su imagen, por su paradero; pronto toda la ciudad estaba empapelada.
El bulbo había tomado el control, relegando todo aquello que pertenecía al pasado.
Los callejones de la ciudad nunca volvieron a ser seguros”.
Los cambios psíquicos abrieron paso a los físicos. Anteriormente la podredumbre, que los médicos no lograron identificar ni diagnosticar, únicamente afectaba a la cerviz pero con el paso del tiempo se ensancho, y tomó el volumen aproximado de una pelota de tenis.
Con la extensión del tumor desde la nuca la joven perdió por completo la razón.
Un día desapareció, y las farolas preguntaron, con su imagen, por su paradero; pronto toda la ciudad estaba empapelada.
El bulbo había tomado el control, relegando todo aquello que pertenecía al pasado.
Los callejones de la ciudad nunca volvieron a ser seguros”.
Con ocho votos esta ilustración de 2006. Innecesarias más palabras.
Sin menospreciar al "la monstrua" tengo que decir que el fondo de este dibujo me gusta casi más que el propio personaje principal
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